GERMINACIÓN
Es la primera etapa en la
elaboración de toda cerveza.
Consiste en hacer germinar
los granos de cebada para
permitir la activación las
enzimas que convierten el
almidón en azúcar
fermentable, o enzimas
amilolíticas. Debido a que
la producción del alcohol
depende directamente de la
presencia de azúcar, este
paso se hace imprescindible
para el proceso de
fabricación. La cebada
germinada recibe el nombre
de malta y el proceso
es conocido como malteado.
Para maltear la cebada se
comienza por limpiar y lavar
los granos. Posteriormente
ésta es colocada en agua
siguiendo una proporción de
1 parte de granos por 3
partes de agua, permitiendo
sobrepasarlos en unos 5 cm.
Luego de 48 horas se
escurre, se lava, se vuelve
a escurrir y finalmente se
mantiene tapada en lugar
oscuro a temperatura
ambiente por unos 6 días. Si
es necesario, se podrá
rociar un poco de agua para
mantener las semillas
húmedas.
Cuando el brote alcanza el
mismo tamaño que el grano,
se habrá conseguido el
estado ideal de la malta. El
tiempo total puede variar
dependiendo de las
condiciones ambientales.
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SECADO
El objetivo de esta etapa es
detener la germinación
eliminando el agua que
contienen las semillas hasta
un nivel aproximado al 3%
empleando calor. Para no
destruir las ezimas
amilolíticas, la temperatura
de secado no debe sobrepasar
los 60ºC. Puede ser
realizado al sol cuando las
condiciones climáticas lo
permitan, pero también puede
ser empleado el horno
doméstico. El producto así
obtenido es la llamada
malta verde.
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TOSTADO
Es el procedimiento usado
con la finalidad de obtener
las denominadas maltas
especiales. Consiste en
hornear la malta verde a
temperaturas ascendentes y
progresivas para producir
maltas con diferentes grados
de caramelización
Entre 60ºC y 80ºC se obtiene
una gama de maltas que van
desde las muy activas desde
el punto de vista
enzimático, pero pálidas,
hasta las que carecen
totalmente de actividad
enzimática pero aportan
mucho color y sabor por
estar a fondo caramelizadas.
Por encima de 80ºC
prácticamente no existe
actividad enzamática y sólo
se obtienen maltas útiles
para dar ciertas
características sensoriales
a la cerveza.
Ejemplo de estas maltas
especiales son: Pale Gold
(10min-150ºC), Gold (20min-
150ºC), Amber (40min-150ºC),
Deep Amber (60min-150ºC),
Cooper (20min-230ºC), Deep
Cooper (30min-230ºC), Brown
(40min-230ºC) y Chocolate
(70min-230ºC).
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MEZCLA DE MALTAS
La utilización de solo malta
verde para elaborar cerveza
es factible pero casi
siempre se la usa combinada
con otras maltas tostadas en
diferente grado para darle
al producto sus típicas
características de color y
sabor. De esta manera, una
mezcla bien lograda de
maltas permite disponer de
un alto poder enzimático
pero también de una buena
carga de elementos de sabor
y color que le den cuerpo y
personalidad a la cerveza.
La proporción de las
diferentes maltas en la
mezcla va a depender,
obviamente, del perfil
que se quiera impartir a la
bebida.
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MACERACIÓN
Con este proceso se logra que la malta actúe sobre los cereales
adicionales no malteados
transformando su almidón en azúcar fermentable. Dichos cereales adicionales se
los emplea para reducir costos y pueden ser maíz, avena, trigo, sorgo o centeno.
Se realiza primeramente la mezcla de los cereales con la malta
en una proporción aproximada de 20% malta y 80% cereales. Se trituran o muelen y se adiciona agua en una
proporción de 6 litros por cada kilogramo de granos y a una temperatura de 75ºC,
de esta manera la mezcla tendrá una temperatura de 67ºC. Esta temperatura
deberá ser mantenida durante una hora en el rango de 65ºC a 69ºC. Se retira el
grano agotado y el líquido azucarado obtenido se denomina mosto.
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COCCIÓN
Con este procedimiento se esteriliza el mosto, se acentúa el
color y sobre todo se coagulan las proteínas, lo cual favorece la obtención de
una cerveza más transparente. Además, es en este proceso cuando es agregado el
lúpulo, uno de los ingredientes principales. Para realizar correctamente la
cocción, el mosto debe ser mantenido en ebullición durante una hora.
El lúpulo es agregado en una proporción aproximada de 6 gramos
por cada10 litros de mosto. Si solo se usa lúpulo para amargor, deberá agregarse
al inicio de la cocción, pero si además se usa lúpulo aromático deberá
procederse así: 3g/l del amargo al inicio y 3g/l del aromático cinco minutos
antes de terminar la cocción.
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FERMENTACIÓN
Finalizada la cocción, se tiene un liquido a 100ºC que debe ser
llevado a una temperatura de 25ºC-30ºC para que las levaduras puedan actuar, de
lo contrario morirán. El enfriamiento debe ser rápido para no dar tiempo al
desarrollo de microorganismos contaminantes. Una forma de hacerlo es mediante un
Baño de María invertido, es decir, sumergir el recipiente de cocción en uno de
mayor volumen contentivo de agua con hielo.
Luego del enfriamiento el mosto se hace sumamente vulnerable al
ataque microbiano y todo aquello que entre en contacto con él debe haber sido
desinfectado. El mosto debe ser trasvasado a un recipiente de fermentación
boca angosta, estéril, para limitar el contacto con el aire
Para agregar la levadura al mosto debe ser primeramente
activada. Esto ayuda a iniciar el proceso más pronto y además asegura que está
viva y el proceso será exitoso. Para ello, deberá tomarse un medio vaso de mosto
y dispersar en él la levadura. Luego de aproximadamente 15 minutos, si hay
presencia de una abundante espuma, se la podrá agregar al mosto. El recipiente
de fermentación debe ahora ser taponado con gasa o con una trampa de aire.
La fermentación requiere aproximadamente 7-10 días y deberá ser
realizada a una relativa baja temperatura de 17-24ºC, pero con permitir que se
lleve a cabo en un ambiente fresco será suficiente.
El proceso culmina cuando ya no hay un evidente desprendimiento
de gas, sin embargo, para mayor seguridad, es recomendable medir la gravedad
específica al mosto con un hidrómetro. Si la lectura registra una gravedad
cercana a 1050, indicará que la fermentación ha terminado.
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CLARIFICACIÓN
La cerveza, inmediatamente luego de la fermentación, se presenta
muy turbia y debe ser clarificada. Para ello se induce la precipitación de las
partículas suspendidas (levadura, restos de granos, de lúpulo, etc.) con el
agregado de ciertos agentes clarificantes. Los más comunes son el Isin-glass
(extracto de vejiga de esturión), la gelatina (colágeno) y el Polyclar (pvp).
También es usado el Irish Moss (carragenato) pero debe ser agregado en caliente
durante la cocción.
Luego del agregado de los agentes clarificantes, se mantendrá la
cerveza en reposo y en lugar fresco por unas 24 horas para permitir la completa
precipitación de las impurezas.
El proceso de clarificación puede ser obviado y sustituido con
un prolongado reposo en frío para permitir la sedimentación espontánea de las
partículas. Sin embargo, esta opción puede resultar demasiado lenta para algunos
tipos de cerveza.
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CARBONATACIÓN/EMBOTELLADO
En este punto la cerveza ya ha perdido casi completamente el gas
que produjo la fermentación, por lo que debe ser restituido para que el producto
ofrezca su espuma característica. Durante el procesamiento industrial éste le es
inyectado en concentraciones bien definidas y de manera controlada, sin embargo,
en el ámbito casero o artesanal el procedimiento es bastante diferente.
Para realizar la carbonatación, la cerveza es embotellada
simultáneamente con el agregado de una pequeña cantidad de azúcar adicional. De
esta manera las levaduras que aún quedan en ella producen gas carbónico mediante
una segunda fermentación, lo que se traduce en una abundante espuma. Este
azúcar puede ser añadido mediante la adición de jarabe o mediante el agregado de
perlas de carbonatación. Estas últimas no son más que grageas de azúcar ya
dosificadas que evitan las pesadas y mediciones necesarias para elaborar un
jarabe.
El procedimiento consiste en añadir a la botella primeramente el
jarabe o las perlas de carbonatación y luego, mediante sifón, llenarla con la
cerveza. El tapado puede ser con tapa de rosca o con tapa corona. Para esta
última se requerirá la respectiva tapadora mecánica. t
MADURACIÓN
Tiene como objetivo permitir la segunda fermentación y el
desarrollo adecuado de los aromas y sabores.
La maduración puede ser en caliente (temperatura ambiente), con
una duración de unos pocos días, o en frío (0ºC-4ºC) con una duración de 3 ó 4
semanas y en algunos casos hasta meses. Si el lote elaborado es pequeño, se
puede optar por la maduración en frío haciendo uso del refrigerador doméstico.
En caso contrario lo mejor es elegir la maduración en caliente, aunque con toda
seguridad las características de los productos serán bastante diferentes.
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NOTA FINAL:
El producto obtenido por el método aquí descrito es mejorable en la medida
que el proceso sea más controlado, se disponga de mejores equipos y se tenga más
conocimiento. Paralelamente, se debe considerar que la variación de los
distintos factores como la materia prima, los tiempos y las temperaturas dará
origen al vastísimo número de estilos y tipos de cerveza conocidos.
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